Al final me he animado a escribir, haciendo un parón en mi trabajo veraniego de Marketing en Syncaesthesia para redactar unas líneas sobre RedBull y la fama que empieza a acumular...
No voy a entrar en si las sanciones han sido justas o no, primero porque no entiendo como sabéis, y segundo porque aquí se habla de Marketing, comunicación y publicidad... :))
Ya son muchas las ocasiones en las que a Redbull se le pone en el punto de mira de la legalidad, sospechando si su coche cumple con las normas o no.
Este fin de semana pasado en Alemania tuvieron problemas con el mapa motor, se decía que "lo que llevaba Redbull va en contra del espíritu del reglamento aunque no quebranta explicitamente lo escrito".
Pero además, el domingo con Vettel en pista, marchando tercero, adelanta por fuera de pista claramente a Button y en lugar de decirle desde el muro que ceda de nuevo la posición, siguen adelante aún teniendo todos claro que le caería sanción.
Hay un problema y es que la pérdida de imagen de marca es muy difícil de recuperar, y a este paso los de las alas quedarán como los tramposos de la parrilla de no salir a defenderse o generar acciones que devuelvan la confianza.
Porque McLaren, Renault o Ferrari pueden tener mejores o peores coches, pero nadie duda de su profesionalidad y del esfuerzo constante dentro de la legalidad (hasta que se demuestre lo contrario) de estas escuderías históricas.
Pero la marca austriaca está jugando con algo que es más complejo de recuperar que las décimas de segundo, está jugando con su branding, con el prestigio y los valores que al fin y al cabo, una escuderia "joven" debe asentar en sus primeros años de vida.
De sus acciones, comunicados y próximas quizá dos temporadas depende que en el futuro recordemos campeones del mundo por trabajo o "aquella escudería que no se sabe muy bien qué hacian al coche y que ganó unos años..."
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