Soy piloto ¿para qué quiero Twitter?

"Si un extraterrestre visitara nuestro Facebook pensaría que somos fáciles de conquistar e inofensivos. Pero si se pasara por nuestro Twitter, nos temería."

Hace un par de fines de semana tuve la oportunidad de intercambiar opiniones con Alan Sicart, piloto actual GT de Drivex en el circuito del Jarama, acerca de las repercusiones mediáticas de los eventos de carreras, sus equipos o pilotos.

Gráfico 2010

En mitad de la conversación salió la siguiente cuestión:

¿En qué podría beneficiar a un piloto tener Twitter?

En resumen se podría decir: para alimentar cada día su Marca Personal Deportiva.

La puesta en escena que tenemos habitualmente de un piloto élite profesional es la de un deportista que se cuida, que entrena y que vive por y para las carreras.

El problema es que esto no suele llegar a nadie. El AS o el MARCA no te van a sacar en su web a no ser que seas hijo de, o que participes en algún Mundial.

Por eso Twitter es tan bueno para profesionales. Porque no hay intermediarios, sino que el fin eres tú mismo. No hay interpretaciones, por tanto tampoco manipulaciones.

El piloto, como único fin, puede alimentar y desarrollar su propio plan de Marketing siempre que le apetezca. Todos los días del año, las 24 horas del día. Y con ello generar interés. Así como defenderse de posibles malas reputaciones (son muchos los casos en los que se ha ensuaciado la marca personal de un deportista y él mismo puede salir personalmente desmintiéndola o disculpándose). Siempre, eso sí, siguiendo unas pautas lógicas de lo que se consideraría cuidar una Marca Personal.

Leí no hace mucho a un par de pilotos muy conocidos por todos nosotros bromear en twitter con unas multas de velocidad. No creo que tengan a nadie de comunicación detrás, sino, desde luego están siendo mal asesorados.

Por eso, ya sea Twitter o cualquier herramienta donde podamos exponer nuestro potencial profesional podrá ser usado en beneficio propio.

Seguro que Redbull prefiere poner "algo" a un piloto seguido y bien valorado socialmente que alguien que o "ni existe" o si "existe" es considerado de todo menos un deportista profesional.