Las carreras generan ventas.

La semana pasada se conocieron los datos de ventas del primer semestre del año de la marca Italiana Ferrari.

 

En estos seis primeros meses del año la marca del Cavallino Rampante ha aumentado sus ventas en un 12% más que en el mismo periodo del año anterior. Alrededor de unos 1.208 millones de euros más han ingresado en las arcas.

 

Si bien es cierto que tengo entendido que las competencias administrativas y contables en venta y postventa de vehículos va por separado de la gestión de la Scuderia F1 es evidente que tienen una relación en cuanto a los valores que les unen como marca.

Ferrari no gana un campeonato del mundo de Fórmula 1 desde el año 2008, con Kimi Raikonen. Y sin embargo a su gráfico de ventas parece no afectarle este dato que sigue con tendecia alcista en cifras de vehículos matriculados.

Desde el punto de vista del marketing no es de extrañar.

Ferrari hace branding a cada paso que da. Sus temporadas no son malas, son gestas imposibles. Sus victorias no son trabajadas, son apasionadas. Y así un sin fin de términos que hacen de la escudería una marca especial para toda persona que ame el mundo del motor.

 

Hasta su color, rojo. Tiene connotaciones psicológicas que nos afectan al subconsciente y que nos hacen sentir algo especial por ellos.

 

A veces creemos que la única estrategia comercial o plan de comunicación es la del éxito y que si no ganas, no tienes nada que hacer. Si bien es cierto que a Ferrari le avala su historia, estos últimos 4 años ha conseguido generar ilusiones constantemente. Y diría por sus acciones y conductas en cada GP que no tiran de las rentas.

 

Incluso con Fernando transmiten unos valores más allá de la victoria. Esos valores, esa identificación por parte del consumidor con un producto, con una marca, nos lleva al deseo.

 

Y de ese deseo han salido las 3.664 unidades vendidas en este inicio de año.